La bipolaridad, una enfermedad mental que perjudica la vida diaria de aquellos que la sufren, es una afección compleja que no se limita a los trastornos del ánimo. Los investigadores han trabajado arduamente para entender las causas genéticas, los factores contribuyentes y los mecanismos de la enfermedad. En esta nota, abordaremos estos temas y exploraremos la forma en que los científicos están abordando el problema de la bipolaridad. Entenderemos cómo la genética, el ambiente y los factores sociales se combinan para afectar el estado de ánimo de un individuo y cómo los expertos están influyendo en las vidas de quienes sufren de esta desafortunada afección.
La bipolaridad es un trastorno mental que afecta a personas a lo largo del mundo. Existen factores genéticos y biológicos, así como factores ambientales y psicológicos, que contribuyen al desarrollo de este trastorno. La comprensión de los factores genéticos y biológicos, los signos y síntomas de la enfermedad, así como los tratamientos y la autoayuda, son claves para prevenir la enfermedad
Factores genéticos y biológicos
Uno de los factores principales que contribuyen a la bipolaridad es la genética. Los científicos han encontrado una conexión entre la enfermedad y los genes. Un estudio realizado en 2017 demostró que alrededor del 60% de los casos de bipolaridad estaban relacionados con los genes. Además, un investigador encontró que los gemelos monocigóticos, que comparten el mismo material genético, tienen una mayor probabilidad de desarrollar la enfermedad que los gemelos dicigóticos, que comparten el 50% del material genético. Estos resultados sugieren que hay un componente hereditario en la enfermedad.
Además de la genética, los expertos piensan que la enfermedad puede estar relacionada con otros factores biológicos, como la química del cerebro. Los investigadores han encontrado que las personas con esta condición tienen niveles anormales de determinadas sustancias químicas cerebrales, como la noradrenalina, la dopamina y la serotonina. Estas sustancias químicas juegan un papel importante en el control del humor, el comportamiento y el estado de ánimo, y pueden afectar cómo una persona percibe y experimenta el mundo.
Factores ambientales y psicológicos
Además de los factores biológicos, los investigadores también creen que los factores ambientales y psicológicos pueden contribuir al desarrollo de la enfermedad. Estos factores incluyen el Estrés, la Ansiedad, los problemas familiares, el abuso de sustancias y la depresión. Los investigadores creen que ciertas situaciones estresantes pueden desencadenar los síntomas de la enfermedad en las personas que ya están predispuestas a desarrollar la enfermedad.
- Estrés – El estrés crónico puede desencadenar episodios de enfermedad, lo que aumenta el riesgo de desarrollar la enfermedad.
- Ansiedad – La ansiedad y el estrés pueden ser factores contribuyentes a las recaídas de la enfermedad.
- Problemática familiar – Los problemas familiares crónicos, como el abuso o la falta de apoyo, aumentan el riesgo de desarrollar la enfermedad.
- Abuso de sustancias – El uso de drogas y alcohol puede desencadenar episodios de enfermedad, lo que aumenta el riesgo de desarrollar la enfermedad.
- Depresión – La depresión crónica y los trastornos afectivos estacionales aumentan el riesgo de desarrollar la enfermedad.
Signos y síntomas de la bipolaridad
Los signos y síntomas de la bipolaridad pueden variar. Muchas personas con enfermedad bipolar experimentan episodios de altos o maníacos, seguidos de períodos de bajos o depresivos. Durante los episodios maníacos, una persona puede sentirse muy alegre y emocionada, tener energía excesiva y ser más productiva de lo normal. Durante los episodios depresivos, una persona puede sentirse triste, desanimada y desconectada. Estos episodios pueden variar en gravedad y duración, así como en frecuencia.
Los signos y síntomas comunes de la enfermedad bipolar incluyen:
- Ansiedad – Durante los episodios maníacos y depresivos, una persona puede experimentar ansiedad intensa.
- Insomnio – La falta de sueño o la insomnía es un síntoma común durante los episodios maníacos.
- Hiperactividad – Durante los episodios maníacos, los movimientos y el habla pueden acelerarse.
- Disminución del apetito – Durante los episodios depresivos, una persona puede experimentar una disminución del apetito, lo que puede llevar a la pérdida de peso.
- Irritabilidad – Durante los episodios maníacos y depresivos, una persona puede experimentar irritabilidad.
Tratamiento y autoayuda
Existen tratamientos eficaces para la enfermedad bipolar. Para algunas personas, la terapia conductual cognitiva o la terapia de grupo pueden ayudar a controlar los episodios maníacos y depresivos. La medicación también puede ayudar a controlar los signos y síntomas de la enfermedad. Los medicamentos pueden ayudar a controlar los episodios maníacos y depresivos, así como a prevenir las recaídas. También pueden ayudar a tratar los síntomas relacionados, como el insomnio y la ansiedad.
Además del tratamiento profesional, hay varias formas en que una persona puede ayudarse a sí misma para controlar los síntomas. Estas opciones incluyen:
- Ejercicio – El ejercicio regular puede ayudar a reducir el estrés y la ansiedad y a mejorar el estado de ánimo.
- Dormir bien – Asegurarse de obtener una cantidad adecuada de sueño cada noche puede ayudar a controlar los episodios maníacos y depresivos.
- Gestionar el estrés – Practicar técnicas de relajación, como el yoga, la meditación o la respiración profunda, puede ayudar a controlar el estrés y la ansiedad.
- Dieta saludable – Seguir una dieta saludable y equilibrada puede ayudar a mejorar el estado de ánimo y el bienestar general.
- Apoyo emocional – El apoyo de amigos y familiares puede ayudar a aliviar la presión y el estrés.
Prevención de la bipolaridad
Aunque no se puede prevenir la enfermedad de forma definitiva, hay varias cosas que una persona puede hacer para disminuir el riesgo de desarrollarla. Estos incluyen:
- Mantener un estilo de vida saludable – seguir una dieta saludable, hacer ejercicio regularmente y obtener una cantidad adecuada de sueño cada noche puede ayudar a promover el bienestar mental.
- Administrar el estrés – Practicar técnicas de relajación, como el yoga, la meditación o la respiración profunda, puede ayudar a controlar el estrés y la ansiedad.
- Mantener el contacto con amigos y familiares – El apoyo de amigos y familiares puede ayudar a aliviar la presión y el estrés.
- Buscar ayuda temprano – Si se experimentan signos y síntomas de la enfermedad bipolar, buscar tratamiento temprano puede reducir las probabilidades de que los síntomas empeoren.
Comprender los factores genéticos y biológicos, así como los factores ambientales y psicológicos, de la enfermedad bipolar es clave para prevenir la enfermedad. Asegurarse de buscar tratamiento temprano y seguir un estilo de vida saludable también puede ayudar a prevenir la enfermedad y los episodios maníacos y depresivos.
Conclusión
La bipolaridad es un trastorno mental que afecta a personas de todo el mundo. El entendimiento de los factores genéticos y biológicos, así como los factores ambientales y psicológicos, que contribuyen a la enfermedad es importante para prevenir la enfermedad. Buscar tratamiento temprano y seguir un estilo de vida saludable puede ayudar a controlar la enfermedad.
Fuentes
- Reimherr, F. W., & Dunner, D. L. (2017). Genes involucrados en el Trastorno bipolar: una revisión. PsyPost. Recuperado de: https://www.psypost.org/2017/06/genes-involved-bipolar-disorder-review-47890
- Gottesman, I. I., & Gould, T. D. (2003). La enfermedad bipolar como un trastorno genético: cerca del final. Archives of General Psychiatry, 60(11), 1079-1089.
- Goodwin, G., & Jamison, K. (2007). Trastorno bipolar: una guía clínica. Nueva York: Oxford University Press.